16 oct 2013

¿Pata de palo?

A Manuela Suspiros le falta el aire cuando se acuerda del momentazo vivido hace tres días en las fiestas de su barrio.
 
Fue invitada a ver la elección de la Reina Infantil, con niños correteando, padres desquiciados y orgullosos abuelos.
En el instante álgido del espectáculo, justo cuando la nieta de alguien era coronada Reina de las fiestas, el público entró en éxtasis, y no mariano precisamente. Entre aplausos, gritos, vítores y risas, se mezclaba un anciano algo contentillo por los efluvios de su vino de cartón, o tal vez no. Con la euforia y la alegría desatada, empezaron a lanzar flores, y besos. La euforia colectiva se había descontrolado...
Ante la atenta mirada de unos pocos, el viejecito se llevó las manos a su rodilla, desabrochándose el pantalón a la altura de una de ellas. Manuela Suspiros fue testigo de cómo el octogenario señor se quitó su pierna ortopédica. El tiempo se detuvo, se ralentizó y vio como una pierna de plástico (que bien podía haber sido la pata de palo de algún corsario), sobrevoló las cabezas de los que permanecían sentados, dando vueltas hasta llegar al escenario. El presentador, incrédulo, cogió la pierna diciendo: “me han lanzado muchas cosas a lo largo de mi vida profesional: flores, caramelos, tomates, alguna braga, pero una pierna de plástico, ¡jamás!
Una lluvia de risas y carcajadas se apoderó de todos los presentes, incluso del viejo, que cojeando intentó subirse al escenario para recuperar su pierna perdida.
Este señor sin pierna bien merecía un sonoro aplauso. Si no me creen, a día de hoy, todo un barrio en fiestas aún no se ha podido quitar la sonrisa de sus labios debido a este ocurrente abuelito.
¡Así es el barrio de La Suspi! Que anda como loca preguntándose si el pirata patapalo volverá a ser protagonista de las fiestas…
 
  El Capitán Sparragau - Cortesía de El Taller de La Ratita Presumida